Sentencia: Las dudas de siempre
Después de haber conocido y valorado los términos de la sentencia que el juez Jacobo Gorostieta Pérez dictó al procesado Genaro Vázquez Duran como presunto responsable del asesinato de nuestro compañero periodista Amado Ramírez Dillanes, queremos hacer del conocimiento público las siguientes consideraciones a que hemos llegado los integrantes de la comisión integrada para el seguimiento de este reprobable asesinato.
1.- Es de extrañar que el juez haya escogido para dar a conocer su sentencia, precisamente las vísperas del segundo aniversario de la muerte de Amado Ramírez. En principio da la impresión de que se trata de llegar a esta fecha fatal, 6 de abril, con algún resultado después de dos años de cometido el crimen.
2.- En la sentencia subsisten inconsistencias que en su momento se hicieron notar durante el proceso y que permitirían al detenido, en el caso de que sea realmente el homicida, salir en libertad con un poco de habilidad de la defensa. Concretamente nos referimos al hecho de que se ha dado por válidos a testigos que, salvo prueba en contrario, no existen, de los cuales no se tiene registro ni en el IFE ni en el Registro Civil. El juez acredita como “pasional” al móvil del asesinato, pero no se acredita cómo es que existiría ese vínculo si no hay hasta ahora elementos que confirmen siquiera que la novia del detenido y el periodista se hubieran conocido.
3.- La sentencia es sólo una vuelta al principio. Así como pocos días después del asesinato ya se tenía a un detenido cuya responsabilidad no convencía a nadie, ahora se tiene a un sentenciado cuya responsabilidad tampoco convence. No asumimos la defensa de ninguna persona, pero creemos que las autoridades -ni las de procuración, ni las de impartición- de justicia, no han hecho lo suficiente para convencernos de la veracidad de sus afirmaciones.
Como todo proceso judicial, el que se refiere a nuestro compañero está en curso y la última palabra todavía no ha sido dicha pues la defensa del acusado buscará, como es lógico, que en una segunda instancia le sean retirados los cargos. Si lo consigue, por las mismas inconsistencias que se observan en el proceso, estaremos completamente como en el primer día: sin detenido, sin sospechoso, sin testigos, sin pista real alguna que aclare el homicidio de Amado Ramírez. Es imposible -ante tanta turbiedad- liberar de sospecha a las propias autoridades, las que investigaron, y las que están sancionando.
Acapulco, Gro., 4 de abril de 2009.
Después de haber conocido y valorado los términos de la sentencia que el juez Jacobo Gorostieta Pérez dictó al procesado Genaro Vázquez Duran como presunto responsable del asesinato de nuestro compañero periodista Amado Ramírez Dillanes, queremos hacer del conocimiento público las siguientes consideraciones a que hemos llegado los integrantes de la comisión integrada para el seguimiento de este reprobable asesinato.
1.- Es de extrañar que el juez haya escogido para dar a conocer su sentencia, precisamente las vísperas del segundo aniversario de la muerte de Amado Ramírez. En principio da la impresión de que se trata de llegar a esta fecha fatal, 6 de abril, con algún resultado después de dos años de cometido el crimen.
2.- En la sentencia subsisten inconsistencias que en su momento se hicieron notar durante el proceso y que permitirían al detenido, en el caso de que sea realmente el homicida, salir en libertad con un poco de habilidad de la defensa. Concretamente nos referimos al hecho de que se ha dado por válidos a testigos que, salvo prueba en contrario, no existen, de los cuales no se tiene registro ni en el IFE ni en el Registro Civil. El juez acredita como “pasional” al móvil del asesinato, pero no se acredita cómo es que existiría ese vínculo si no hay hasta ahora elementos que confirmen siquiera que la novia del detenido y el periodista se hubieran conocido.
3.- La sentencia es sólo una vuelta al principio. Así como pocos días después del asesinato ya se tenía a un detenido cuya responsabilidad no convencía a nadie, ahora se tiene a un sentenciado cuya responsabilidad tampoco convence. No asumimos la defensa de ninguna persona, pero creemos que las autoridades -ni las de procuración, ni las de impartición- de justicia, no han hecho lo suficiente para convencernos de la veracidad de sus afirmaciones.
Como todo proceso judicial, el que se refiere a nuestro compañero está en curso y la última palabra todavía no ha sido dicha pues la defensa del acusado buscará, como es lógico, que en una segunda instancia le sean retirados los cargos. Si lo consigue, por las mismas inconsistencias que se observan en el proceso, estaremos completamente como en el primer día: sin detenido, sin sospechoso, sin testigos, sin pista real alguna que aclare el homicidio de Amado Ramírez. Es imposible -ante tanta turbiedad- liberar de sospecha a las propias autoridades, las que investigaron, y las que están sancionando.
Acapulco, Gro., 4 de abril de 2009.
Por la Comisión del Caso Amado Ramírez,
Maribel Helguera Sánchez, José Antonio Sánchez, Roberto Ramírez Bravo, Carlos Ortiz Moreno e Ignacio Hernández Meneses.
Maribel Helguera Sánchez, José Antonio Sánchez, Roberto Ramírez Bravo, Carlos Ortiz Moreno e Ignacio Hernández Meneses.
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